INTRODUCCIÓN
Llevar a cabo debates en nuestra futura aula, puede
ser muy beneficioso para mejorar la habilidad de comunicación oral de los
niños. El objetivo principal de un debate en un aula de primaria, debe ser la
participación de los alumnos en igualdad de condiciones. Para ello, previamente
como maestros, debemos hacer una preparación del debate para poder ejecutarlo de
la mejor manera posible y ser conscientes de la variedad de temas que pueden
salir del principal.
TEMA
He pensado en enfocar el debate a niños de 5º de
primaria con un tema que se discute considerablemente hoy en día, que es el de
"deberes o no deberes". La idea con este debate es que todos los
niños se sientan integrados, ya que es un tema que ellos mismos incluyen en sus
vidas diarias. Al ser un tema que está relacionado con el colegio, ellos
también pueden llegar a sentirse útiles en sus aportaciones para el grupo,
intentando con sus razonamientos convencer al resto.
La idea con este debate es crear dos ideas
contrapuestas en el grupo de clase. En un lado nos encontraríamos al grupo de
niños que está a favor de los deberes, otro grupo de niños defendería el que no
se esté a favor de los deberes y por último un tercer grupo en el que los niños
puedan dar sus propias opiniones incluso dejándose llevar por la defensa de los
otros grupos y darles la libertad de que se sitúen en el grupo que estén más de
acuerdo.
PREPARACIÓN
Es muy importante que antes de llevar a cabo un debate
con nuestra clase creemos un buen ambiente en el que los alumnos puedan
sentirse cómodos. La disposición de la clase se pondrá en forma de
"U" o en forma de círculo ya sea en las sillas o en el mismo suelo
para transmitir una imagen de igualdad al grupo; es decir, todos podrán opinar
y participar en las mismas condiciones.
El papel de moderador queda desde un primer momento en
manos del profesor, que es el que debe dar paso al turno de palabra de cada uno
de los alumnos y estar pendiente de que las normas impuestas son respetadas.
Por otra parte hay que tener en cuenta que podemos
encontrarnos con dos tipos de niños en cualquiera de nuestras aulas y tenemos
que estar preparados para ello. Por un lado podemos tener un niño muy tímido en
nuestra clase que le cueste participar y por otra parte un niños que no sabe
respetar las normas y quiera dar su punto de vista continuamente, incluso sin
respetar el turno de palabra. Habría que poner algún tipo de solución a este
problema considerando los dos extremos e ir mejorándolos con el paso del
tiempo.
Con el niño que es más tímido, habría que motivarle de
una manera más cercana para convencerle que dar su opinión y dar sus propios
argumentos y aportaciones serán igual de importantes que la del resto de compañeros
y es importante hacérselo saber en todo momento y más cuando lo haga
insistiendo que son buenas ideas. En el caso de que este niño no quiera
participar no se le obligaría en ningún momento a hacerlo, ya que el objetivo
de comunicarse de forma oral en público no debe verse como un miedo a exponerse
frente a los demás ni por miedo a equivocarse.
En cuanto al niño que es más inquieto, tendríamos que
advertirle también de una manera más personal, convenciéndole que es importante
que se respeten las normas y que tendrá como todos los demás su turno de
palabra. Insistirle en que debe tener cuidado para no interrumpir a sus
compañeros, porque ellos también quieren expresarse y tienen el mismo derecho
de ser respetados. En ningún momento debemos considerar al niño como una
persona imposible de educar, ante este caso debemos ser más pacientes actuando
de forma tranquila y que él no nos encuentre tensos ante la situación.
Siempre vienen bien tener unas preguntas de andamiaje
que pueden servirnos de ayuda por si el debate no se produce de manera fluida.
Para comenzar y durante este debate se podrían incluir las siguientes
preguntas.
• ¿Por qué estáis a favor de los deberes?
• ¿Por qué estáis en contra de los deberes?
• ¿Podríamos llevar una asignatura como matemáticas al
día sin tener deberes?
• ¿Nos sentiríamos igual de preparados en un control?
• ¿Nos quitan mucho tiempo los deberes?
• ¿En qué aprovecharíamos las tardes?
• ¿De qué manera estudiaríamos o practicaríamos de otra
manera las asignaturas sin deberes?
Normas
• Respetar el turno de palabra
• Solo hablará una persona
• Todos deberán de estar atentos
• Evitar subidas de tono
• Respetar las opiniones de los demás
• Estamos defendiendo ideas y no por ello ofendemos a
nadie
EL DEBATE
Después de tener creado un ambiente, una preparación
previa y unas normas es hora de llevar el debate al aula. En primer lugar se
propondría a los niños el tema y se les dejaría claro que se trata de dos ideas
contrapuestas en las que se deben situar en una de ellas aunque no estén de
acuerdo, ya que el objetivo de este debate, es que puedan ponerse en uno de los
roles. Por lo tanto quedarían dos grupos formados en la clase y dejaríamos un
tercero que podrían actuar como público o jueces del debate, dando sus propias
opiniones, sin basarse en una idea que se les ha impuesto y posicionándose con
el grupo que estén a favor.
Antes de comenzar el debate, se dejará un tiempo a
cada grupo para que vayan apuntando ideas de lo que se expondrán y que es lo
que quieren defender. El tercer grupo que consideramos como público, se
reunirán al igual que el resto y comentaran las opiniones personales que tienen
desde un principio y que aspectos van a tener en cuenta para valorar la defensa
de los dos grupos.
EVALUACIÓN
La mejor manera de evaluar un debate en el aula es
mediante una hoja de rúbricas considerando que es mejor que sean los propios
alumnos los que se evalúen. Y evaluar al otro grupo en su conjunto
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MAL
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REGULAR
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BIEN
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Participación
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Expresión oral
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Respeto de normas
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Escuchar a los compañeros
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CONCLUSIÓN
Muchas veces hemos llegado a debatir en una clase de
algún tema y deberíamos de darle más importancia de la que se da y llevarlo más
a menudo al aula, porque gracias a los debates podemos llegar a conocer más a
los niños, la variedad de opiniones que hay y sobre todo, aprender muchas
cuestiones, gracias a las mismas.
Por lo tanto hacer debates o diálogos en nuestra
futura clase podría conseguir que conociésemos a los niños de una manera
diferente y podamos saber que diferentes maneras tienen de opinar, además de
hacer una clase entretenida y muy amena, en la que cada uno de ellos se sienta
integrado, siempre que elijamos un tema adecuado dando aportaciones y opiniones
personales.